¿En qué momento un hosting barato debería hacerte sospechar?
Lo barato vende, pero también te puede salir muy caro. Cuando has decidido contratar un plan de hosting con un proveedor, y metes ahí tu web o las páginas que tuvieras, si no has hecho bien la elección, sabes que debes prepararte para hacer cambios al poco tiempo. Y eso es algo que puede resultar desesperante.
Hay hosting o planes demasiado baratos, donde se te ofrece muy poco espacio en el disco duro, y enseguida se te quedan pequeños. O son son servidores de poca calidad y no tienen discos duros SSD, con lo que la velocidad de lectura y escritura no es todo lo rápida que debería. O peor aún, están usando un hardware del año de María Castaña, con lo que el servidor se cae cada poco tiempo.
Si no quieres que eso te pase, es mejor que te pongas el sombrero de detective y empieces antes de contratar nada a averiguar si ese proveedor es el más adecuado para ti.
Qué hacer para saber si tu hosting es malo
Es imposible saber al 100% sí o sí si un hosting te va a dar quebraderos de cabeza, pero el consejo es irse siempre a los más conocidos, y sobre todo, tener en cuenta estos puntos. No debes fiarte de un hosting cuando...
1. Cuando la red dice que esta boca es mía. En Internet queda todo grabado. Cuando hay clientes descontentos, estos se quejan en las redes sociales, escriben posts en blogs hablando mal de tu hosting, etc. Pregunta en foros qué opinan de tal hosting, a ver qué te dicen los expertos.
2. Cuando es demasiado bonito para ser cierto. Tráfico ilimitado y no sé cuántos gigas de RAM por un precio tirado. O mejor aún: gratis. Ya. Por supuesto. Y todo el mundo a chuparse el dedo. Intenta averiguar dónde está el truco, porque si la oferta es demasiado tentadora para ser cierta, lo más probable es que el hosting sea realmente una patata.
3. Cuando el soporte técnico fue a por tabaco y no volvió. Haces una pregunta y nadie responde. ¿Hola? ¿Hay alguien ahí? Meterse en sitios solitarios, o donde no se atiende a los clientes como es debido, es meterse en los bajos fondos. Si no te responden cuando estás buscando un hosting para contratar, tampoco lo harán cuando el servidor se caiga y nadie sepa nada de nada.
4. Cuando no los conoce ni el Tato. No es que un hosting desconocido tenga que ser necesariamente malo. Pero siempre te arriesgas menos cuando contratas uno de los que todo el mundo habla y ya los ha probado mucha gente profesional. Guíate también por la calidad y el diseño de su web. Si no te da confianza, tampoco deberías fiarte de su hosting.
5. Cuando su web no parece muy profesional. No sé a ti, pero a mí no me gusta hacer pagos online a través de páginas web que no me permiten pagar a través de Paypal o alguna plataforma segura. Tendrán que currarse esa parte un poco más si quieren que la gente se fíe de ellos. Y todo empieza además por tener un diseño web que no parezca de la Edad de Piedra.
A través de diferentes herramientas, puedes someter a dicho servidor también a un test de velocidad y un test de estrés para ver cómo responde en situaciones complicadas. Si no es lo que estás buscando, entonces vete a otra parte.
¿Y tú, qué criterio usas para saber si un hosting es malo antes de contratarlo?
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